“EN ESTE PAÍS, LAS MADRES BUSCAN EN FOSAS LO QUE EL GOBIERNO NO BUSCA EN VIDA”
• Más de 120 mil personas han desaparecido en México.
• México, un país con más de 5,700 fosas clandestinas.
• Casi 30 mil mujeres desaparecidas y no localizadas.
• Más de 30 mil menores quedaron en el abandono tras la desaparición de sus padres.
• Colectivos localizan más de 1,230 cuerpos y rescatan a más de 1,300 personas con vida.
• Más de 160 colectivos de búsqueda hacen lo que las autoridades no.
Hoy vengo con un firme propósito: visibilizar el dolor de más de 120 mil familias mexicanas que viven con la ausencia forzada de un ser querido. Lo hago por las madres, por las familias que, ante la omisión del Estado, escarban la tierra con sus propias manos para encontrar lo que el gobierno no ha buscado en vida.
Tenemos una deuda con el país, una deuda con el dolor, una deuda con cada madre que no duerme, con cada familia que no descansa, con cada rostro que cuelga en una manta.
Tenemos una gran responsabilidad con el pueblo: la oportunidad de regresar la paz que se ha roto en las familias mexicanas.
Veracruz, estado que represento, continúa siendo uno de los estados con mayores índices de desapariciones. Los datos no mienten. Las cifras no son números: son nombres, son historias.
Nos encontramos con instituciones colapsadas, desde el sexenio anterior y continuando con el actual gobierno; una administración que dice gobernar para el pueblo, pero que le ha dado la espalda al dolor de madres y familias de este país.
Es por eso que presenté tres reservas:
La desaparición de una persona no es un trámite, es una emergencia. Propongo que la activación de esta alerta sea inmediata, obligatoria y nacional. Pero no basta con activarla: debe difundirse de forma masiva, escuchada en cada rincón del país.
Propongo que tengan voz y un lugar oficial en el Sistema Nacional de Búsqueda. Porque no son solo víctimas, son expertas, son aliadas. Ya basta de tratarlas como invitadas incómodas.
Las hijas e hijos de personas desaparecidas también son víctimas que merecen respuestas: apoyos económicos inmediatos y permanentes, atención psicológica continua, acceso preferente a vivienda, salud, educación y empleo.
Y si los padres desaparecen, que el Estado garantice su protección, porque cuando desaparece una madre o un padre, el Estado no puede desaparecer con ellos.
Es nuestra responsabilidad legislar con memoria, con empatía, con sentido de justicia y sensibilidad al dolor de las víctimas y familias.
Desde la oposición no venimos a obstruir. Venimos a construir.
El PAN está con las víctimas.
El PAN está con la verdad.
El PAN está del lado de México.
¡Porque en un país con más de 120 mil desaparecidos, callar es complicidad! ¡Y nosotros no vinimos a ser cómplices!