CORTE SUPREMA DE ESTADOS UNIDOS BLINDA A LOS FABRICANTES DE ARMAS Y TRAICIONA A LAS VÍCTIMAS
POSICIONAMIENTO
Con su fallo unánime, la Suprema Corte de Estados Unidos ha cerrado la puerta a la justicia desechando la demanda civil presentada por México en contra de las empresas fabricantes de armas responsables del tráfico que alimenta la violencia en nuestro país.
Este no es sólo un revés legal, es una sentencia política que protege los intereses de la industria armamentista y deja a miles de víctimas en ambos lados de la frontera sin voz, sin justicia y sin paz.
Blindar con total impunidad a quienes fabrican y distribuyen armas que terminan en manos del crimen organizado; ignorar la evidencia de armas personalizadas para carteles; dar la espalda a un país que sangra por la violencia que se financia con dólares y se arma con el acero estadounidense, eso es lo que acaba de hacer la Corte de Estados Unidos.
Este fallo significa que la industria armamentista gana, pero la gente pierde.
Miles de armas cruzan la frontera cada año, México propuso una vía legal, diplomática y razonada y Estados Unidos respondió con indiferencia.
La ley que protege al comercio de armas y no a las vidas humanas es un escudo para los fabricantes, no una herramienta de justicia.
Mientras miles mueren, las empresas se lavan las manos. Washington exige control migratorio, pero no asume su responsabilidad, su corresponsabilidad en este problema. Nos piden contener flujos de personas, pero no detienen el flujo de armas. Hablan de seguridad, pero toleran que sus fábricas exporten muerte.
México no se va a callar. México no se va a rendir. Este fallo no es el final, es una confirmación de que la lucha debe escalar en lo legal, lo diplomático y lo moral.
México debe seguir alzando la voz en foros internacionales, reforzar sus fronteras y, sobretodo, exhibir al mundo, la doble moral de quienes predican seguridad, mientras venden violencia porque no se trata sólo de rifles y balas, se trata de miles de vidas en ambos lados de la frontera, arrebatadas con armas que cruzan con la complicidad de la impunidad legal en Estados Unidos.
La justicia no puede detenerse donde empieza una frontera. Estados Unidos puede blindar a sus fabricantes, pero no puede silenciar a un país que exige respeto, corresponsabilidad y justicia.
DIP. DOLORES PADIERNA LUNA
VICEPRESIDENTA DE LA MESA DIRECTIVA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS